miércoles, 22 de diciembre de 2010

carta a mis primas

Por la distancia que nos separa quería escribirles algo,
Por los momentos especiales y alegrías que no compartimos
Porque cada suspiro y cada risa se desvanece en el aire
Por todo eso y por mucho mas quería escribirles algo.

Hermosa de mejillas blancas, Isabel,
Tu recuerdo sigue latiendo en mi pecho perpetuamente
Queriéndote como la primera vez que te vi
Extrañándote cuando no te veo

Te deseo todo lo mejor que este partido corazón puede darte
Espero que tu risa juvenil y despreocupada nunca se borre de tu rostro
Y que recuerdes la herencia dela sangre que corre por tus venas
Por que cada mundo te ama tanto como yo a una noche de luna llena.

Tierna y delicada Emma,
Las energías del mundo se mueven por amor
Y la esencia de cada persona se mueve con ellas
Es por eso que estando tan distante, te siento.

Siento que vivo cada segundo de tu vida, cuando pienso en ti
Y como añoro conocerte,
A ese ser extraño e interesante que se encuentra dentro de ti
A todas tus rabias y virtudes.

Les deseo un feliz fin de año, junto a los padres que las aman.

domingo, 19 de diciembre de 2010

pensé...

cocina de dia, cocina de noche, cocina como si le cocinara a un ser amado, cocina en su felicidad, cocina en sus tristezas; cocina como nunca antes ha cocinado..

miércoles, 24 de noviembre de 2010

el rock de la avenida córdoba


El rock de la avenida córdoba

Trasnochado, esta mañana escribo un rock and roll
Sobre una linda chica que una vez me canto
Cantaba y cantaba, y al la calle cruzar
Me di cuenta que en córdoba podría bailar

El rock, me cantaba el rockanrol

Miles de kilómetros viaje y viajé
Para una linda chica yo poder conocer
Hablar, reir, gozar, bailar y coger
Y un poco de amor le podría ofrecer

El rock, bailábamos el rockanrol

La chica dijo che, bailá conmigo también
Yo le dije nena, no hay tiempo que perder
Pero de pronto un auto la bocina sonó
Y me di cuenta que estaba solo cantando el rockanrol

El rock, solo con mi rockanrol

Oyeme cariño espero verte otra vez
O si no por lo menos una vez al mes
Fantasías malditas tienen que regresar
Por que al fin no se a donde iré a parar

Sin el rock, en medio de la calle el rock!
El rock, ella me cantaba el rock!

domingo, 29 de agosto de 2010

de hecho, la luna es toda oscura


Hoy, por primera vez me encuentro a solas.
totalmente a solas con mis pensamientos, en un cuarto oscuro con nada mas música, una computadora y mis pensamientos, lo único que poseo.

pienso en mi dolor, en mi felicidad, en mis recuerdos, en esa calle obscura que me lleva como cinta magnética a la vida. y cuando levanto la mirada solo veo el tono azul sepia de la vida, que sube y baja. ocultate de mi mirada vagabunda oh espejo negro invernal, pues en ti veo mi reflejo, déjame pisarte, dejame transitárte lentamente e ir a mi destino por las calles oscuras, ahora grises de palermo.

mientras despliego mis alas recuerdo a cada quien. recuerdo aquellos y otros.pero mi recuerdo se nubla y frustra mientras mis alas van creciendo cada vez mas.

ahora los recuerdo, casi tan vívidamente como si recién los viera, y pienso en ustedes con la solemne intención de, viéndolos cara a cara, disculparme por cada error mio, porque para eso son las despedidas, para, con lagrimas en los ojos, disculparse difusamente con una sonrisa en la cara, es la única vez que se pide perdón mientras se sonríe; y lo hago porque al final, abstracto, me doy cuenta de que los amo.

mis alas casi totalmente abiertas me indican que ya es hora de partir.

no lloren por mi, porque yo no lloraré por ustedes, recuérdenme como aquel chico difuso y obstinado que a veces tuvo un brillo, como yo los recordaré a ustedes.

escucha chico, dijo el hombre con el arma, hay espacio para ti adentro.

los veré mañana como un hombre nuevo.

personas, calles, asfalto y colores, alas, ideas, mentes y...

y yo...

todo bajo el sol esta en tono, pero el sol es eclipsado por la luna.

sábado, 3 de julio de 2010

oda al adjetivo


Al son de la musica, suave, interna.
Al son del sonido por tu cuerpo.
Te veo danzando, lentamente, como deseando el sonido con una ardiente y sexual pasion, acariciandolo lentamente con tus labios tersos y profundos, dulces y humedos.
Te veo mirando al cielo, como dándole gracias al creador por haberte dotado de la gloria y la gracia, por dejarte fluir y mezclarte con esa energía.
Moviendote de un lado a otro, dando tumbos al batir de la percusión, en ese preciso momento, sonríes.
Lentamente, suavmente, discretamente, como queriendo ocultarte del mundo.
Por un instante.
Lueggo baje la mirada, para contemplar tus caderas contorsionándose de lado a otro.
Cerré los ojos para recordarte en mi memoria, pacífica, rodeada de las ondas y los sonidos, los colores y olores.
Abri los ojos y ya no estabas.
Te fuiste sigilosamente, esfumándote de mi realidad y regresando a mi imaginación, melancólico dejándome.
Oh diosa del sonido, oda a la gloria, cruel canción que me dejaste cantando, amargo el beso de tu memoria, dulce la caricia de tu recuerdo.
Déjame morir en paz, esntre tus piernas de recuerdo, y dejame volver.
Oh diosa inexistente, benévola mujer.

Soundtrack:


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miércoles, 12 de mayo de 2010

no se me ocurrio un titulo que le diera sentido lógico a este post!...


dónde?
en mi casa, en mi cuarto, en mi cama.
Cuándo?
el pasado, hace mucho tiempo, creo yo que tenía como 7 u 8 años.

recuerdo que de pequeño antes de irme a dormir me bañaba, me ponía mi pijama e iba a la cama. en aquella época se me hacia muy gracioso la palabra pijama, aun lo hace, no se por que, pero me da mucha risa. en fin, toda mi vida de niño use pijama porque en mi cuarto siempre han habitado una especie perdida en la linea evolutiva de los dinosaurios, los mosquitos, pero estos no eran comunes, no no no, le hablo de unos zendos bichos mas similares a una bala 9mm que aun insecto! y cada noche que iba a dormirme sufría más que Jesús en el calvario siendo azotado por esas agujas hipodérmicas creadas por la naturaleza y yo los mataba como me fuese posible, con pies manos y dientes!

recuerdo una vez que estaba dormido y un mosquito paseaba por mi oído, con su zumbido odioso que me despertaba al instante y me ponía rojo de la "arrechera"! en una de esas tantas, y por estar tan "arrecho" el mosquito pasó por mi oido y en el dormido intento de matarlo lo intenté aplastar con toda mi fuerza; contra mi cara...

"arrecho"

un buen día decidí evolucionar, madurar si se quiere. pensé que los mosquitos no eran del todo culpables por hacer eso, al fin y al cabo solo tenían hambre y querían comer y darles de comer a sus familias moquitas y mosquiticos... así pues, con esa idea en la cabeza, me desperté baje de mi cama (de dos metros de altura), fui a mi armario y me vestí de traje. Luego de eso regresé a mi cama con una serie de papeles en la mano, dentro de una carpeta. y, como primer ministro de mi cuarto comencé a negociar con los mosquitos; empecé a aclarar las situaciones entre ambas partes involucradas en la relación que se llevaba a cabo bajo mis dominios. entendía que ellos querían comer y no ser matados, y yo pues, quería dormir. asi que les propuse un solemne trato que, debo orgullosamente decir, sostengo hasta el sol, o luna, de hoy, 12 años después. les prometí que les dejaría picarme, y que no les mataría si intentaban hacerlo, pero ellos deberían hacerlo después de haber quedado yo dormido y que, por el amor de dios, me dejaran el oído en paz!
de esta forma ellos aceptaron y yo también, claro, todo esto fue antes del boom del dengue, si no la OMS me hubiese prohibido hacer ese acuerdo; pero después creamos una enmienda para que solo me picaran mosquitos sanos.

desde entonces duermo sin camisa, con pantalones, en interiores, en boxers, shorts o cualquier otra cosa (ruedalibre incluido), pero sin camisa... y desde entonces no he vuelto a sentir otra picada cuando estoy despierto!

"arrecho"

domingo, 18 de abril de 2010

y si "punto, punto, punto"


cuando lo pienso, verdaderamente me pongo a pensarlo, a ver mi futuro y pensar, pienso que lo que verdaderamente me da miedo de irme no es el triunfo, o las caídas, no son las subidas ni las bajadas, no es dejar algo o alguien atrás ni siquiera encontrarme con un muro; lo que verdaderamente temo es que me llegue a gustar lo que vea y piense en quedarme para siempre allá...

martes, 12 de enero de 2010

el orgasmo masculino asexual...


Parece que en el mundo como lo conocemos (o como no los venden)nos han enseñado poco a poco que las mujeres son los únicos seres "libres-multiorgásmicos" que existen, pero no!
Poco estaba pensando una tarde en el trabajo, cuando de pronto y sin relevante apariencia, un recipiente repleto de hediondo aceite de trufas calló a mi lado. Oh!que increíble que de tan apestoso recipiente saliera sólo un par de delicadas gotas de dicho aceite! Mi cuello se retorció, mis ojos se cerraron en un fuerte apretón al mejor estilo de la madre mocha, mis manos y labios vacilaron, tomé una fuerte inhalación , solo por un segundo, por un segundo se paró el tiempo, deje de sentir cualquier sonido, tacto, imagen o sabor, simplemente olía, y me sentía dentro de mi! Luego el tiempo no paró. Me di cuenta de lo que había sucedido, y lo comparé con otras sensaciones que me hacían retorcer del placer! Me di cuenta de que había tenido un orgasmo que nada tenia que ver con tener sexo, un orgasmo espiritual, uno mental, algo más del más acá que el del más allá. Así que decidí numerar los puntos g de mi espíritu!

visual: definitivamente cuadros de pollock! un atardecer soleado del ávila en diciembre...

auditivo: el blues, pink floyd, rock and roll de led zeppelin, el album portraits de vangelis, y sigue...

gustativo: la mezcla de salado y dulce!

olfativo: el aceite de trufas! (kind of fabcy)

táctil: las paredes con relieve o el frisado también!

audiovisual: all that jazz, ajuro y porque si! american beauty...sigue hasta los confines del mundo, pero esas dos dan la idea!

Conclusión: tengo un muy buen gusto orgásmico!

viernes, 17 de abril de 2009

el péndulo de foucault


...Aprovechando el hecho de que no exísten, los rosacruces están en todas partes.

-Como Dios.

-Ahora que lo dices... Veamos, mateo, Lucas, Marcos y Juan son una banda de juerguistas que se reúnen en alguna parte y deciden hacer una apuesta, se inventan un personaje, se ponen de acuerdo acerca de unos pocos hechos esenciales y el resto que se lo monte cada uno, después se verá quien lo ha hecho mejor. Más tarde los cuatro relatos caen en manos de los amigos, que comienzan a pontificar, Mateo es bastante realista, pero insiste demasiado en esa historia del mesías, Marcos no está mal, pero es un poco caótico, Lucas es elegante, eso no puede negarse, Juan se pasa con la filosofía...pero, bueno, los libros gustan, pasan de mano en mano, y, cuando los cuatro se dan cuenta de lo que está sucediendo, ya es demasiado tarde, Pablo ya ha encontrado a Jesús en el camino de Damasco, Plinio inicia su investigación por orden del preocupado emperador, una legión de apócrifos fingen que también ellos están en el ajo... toi, apocryphe lectur, mon semblable, mon frère... A Pedro se le sube el triunfo a la cabeza, se lo toma en serio, Juan amenaza con decir la verdad, Pedro y Pablo le hacen apresar, le encadenan en la isla de Patmos, y el pobrecillo empieza a desbarrar, ve a las langostas en la cabecera de la cama, que se callen esas trompetas, de dónde sale toda esta sangre... Y los otros van diciendo que bebe, la arterioesclerosis ya sabe... ¿Y si realmente hubiera sido así?

-Fue así. A ver si lees a Feuerbach en lugar de estos libracos.

-Amparo, está amaneciendo.

-Estamos locos.

jueves, 29 de enero de 2009

mi primera carta...


CARATA ABIERTA



Sucedió que:

Antes de la época del SACUDON (Febrero del 89), yo dormía placidamente en la tranquilidad del mundo de la inconsciencia, al lado del "Gran Director" (PAPADIOS) y sus subalternos.

En eso estaba, cuando me llmaron para aumentar la manada González-León.


Me apersoné (Naci), para la alegria de mis tercermundistas padres (Jamilette y José Miguel) y de mi despreocupado hermano (Diego), en Caracas, el días 15 de octubre de 1989 a las 11:58 horas, en la época de: "AHORA VENEZUELA ES OTRA".


Para que todo quede en regla ante el "DIRECTOR", mis padres dispusieron las gestiones necesarias para mi bautizo el día 10 de febrero de 1990, en la Iglesia de la Parroquia "Maria Madre de la Iglesia" (Guaauuuu), celebración efectuada por Aristorena (encargado del negocio ante el "DIRECTOR"!!!, y el mismo del rollo de mis padres y el de mi hermano) siendo mis padrinos Elisa (la de la T.V.) y Pascual (el del CPU).


Sin más a que hacer referencia por ahora.


ATENTAMENTE

por: JAVIER ANTONIO GONZÁLEZ LEÓN



P.D: Ya que antes se acostumbraba a regalar en estos casos na piecita de metal, redondita y muy bonita; pero con la desaparición de ella por la "Nueva Venezuela" en este caso obsequiaremos una tremenda pose fotográfica y un "tinoquito" como recuerdo.

lunes, 12 de enero de 2009

haciéndome el amor


¿Qué mejor manera de comenzar un texto que con una pregunta? A veces siento que no hay suficientes palabras para expresar lo que siento. A veces creo que estoy en un hueco, luminoso u oscuro, verdaderamente no importa, porque me siento solo, rodeado de muros y murallas, paredes y paredones, de vestigios y consonantas, de juicios y prejuicios.

A veces me siento triste. Y aunque la felicidad desborde mi alma, siento con pena y desagradable injusticia como soy capaz de volverme un ladrillo. Cómo mi espíritu y pensamiento se unen para formar un paralelepípedo de inmundo conformismo y querencia de aceptación ajena, teñido con dejos de aquel rojizo rebelde que fluía en mi corazón. Cómo escribo y escribo páginas lanzadas al olvido por aquel joven imberbe que aún sobrevive dentro de mí.
Pero sigo corriendo, buscando el centro, alejándome de los muros; porque tengo sueños y los sueños son el fracaso de la humanidad, el odio del escepticismo, los vestigios de aquel salvaje que cerró sus ojos y creó una realidad mejor, y son la victoria del mundo, porque el mundo, cuando avanza, se vuelve un sueño para los desdichados y luego los sueños se vuelven mundo para los que fortunio poseen, tácito; y he descubierto que tengo muchos sueños.

Poco a poco con mis manos desnudas voy quitando los ladrillos de la pared, ladrillos que mi madre me ayudó a levantar y a colocar en su lugar; cemento que mi padre me enseñó a fabricar y a aplicar para asir fuertemente cada ladrillo a mi pared; pared que poco a poco fui creando para aislarme de la fantasía de mis sueños creadores, de la luz multicolor que ciega mis ojos cuando levanto la mirada y veo el cielo.

Poco a poco con mis manos desnudas voy limpiando las manchas reminiscentes que dejó la sociedad en mi cuerpo. Una lágrima de odio condensado corre por mi mejilla. ¿Por qué me enseñaron a odiarme? Mis dedos ásperos acarician mi piel, sintiendo la belleza de cada poro, consolando la tensión de cada músculo. Mis piernas se entrelazan una con otra como bailando un vals liviano que lleva mi nombre. Mi mano izquierda palpa mi rostro, mis ojos, mi boca, mi pelo y lenta mente me recuerda las caricias jamás vividas prohibidas por mis razones mientras mi mano derecha me acaricia suavemente. La oscuridad es absoluta pero siento que brillo profundamente, puedo ver mis ojos y entenderme a mi mismo, como por fin siendo una sola persona, como si estuviese tumbando la política de los muros, sus pírricas bases arraigadas en mi pensamiento, cual zapata cerebral. Muchas veces tuve sexo, pero por primera vez me hice el amor.

martes, 6 de enero de 2009

y Hitler pedió la guerra por un zancudo!!!


¿Alguna vez se ha parado una mosca en tu pierna mientras tú la observas apaciblemente? Cuando esa mosca, en su insaciable vuelo se detiene en mi pierna, indetectable, insensible para mí, como si no existiera, como si ella no estuviese, o más bien el que no está soy yo, y de todos los lugares habidos y por haber en este infinito mundo de posibilidades extrañas, de advenimientos y desaventuras, ella elije pararse en mi pierna para descansar, para transmitirme su esencia, para hacerme dar cuenta que yo estoy allí y ella lo sabe, me siento lleno, pero lleno de una felicidad vacía e indescriptible, una sonrisa no salta a mi cara, pero mi alma se regocija en la felicidad de dos cuerpos tan distintos como fuese posible, que comparten tanto tiempo como espacio y que por la más grata y básica sensación de convivencia se unen para formar una sola alma. Me habla. Me escucha. Me entiende. Y solo es una mosca. Debería odiarla, debería matarla, es mi ruina. Pero la amo.

¡Qué falacia es el amor! Alguna vez conté como descubrí que el Niño Jesús no existía ¡y vaya sorpresa para mí el averiguarlo, vaya experiencia que marcó mi vida! Desde ese día de mi imberbe edad tomé la decisión de no creer a buenas y ligeras muchas cosas, pero hoy hice cita con mi teclado, una copa de vino, algún recuerdo de Beethoven y un poco de valor para poder decir lo que en algún momento pensé, lo que casualmente ahora pienso, para poder cuajar una metáfora entre lo que es la infancia y la adultez, en fin, lo que es el hombre en sí, y cómo en nuestra vida nunca dejamos de ser ingenuos, débiles, dependientes y muchas otras cosas que los niños son. Para poder decir que el amor es el Niño Jesús de los adultos.

Cada año nos acostamos a esperar a esa cosa de color rojo con forma de triángulo maltrecho a que atraviese nuestro corazón. Cada noche pensamos en cómo obtenerlo y cómo vamos a hacer para que, por fin, podamos descubrirlo en pleno, desenmascararle y verdaderamente ver quién es, creyendo que así vamos a sentirnos mejor, inconscientes de que, al hacerlo, sólo nos haremos más daño del que nos estamos causando, pero aún así seguimos, pujamos intentamos y poco nos damos cuenta de que siempre pasa y nunca lo vemos, poco nos importa, porque al fin y al cabo solo queremos los regalos que nos deja y que, al fin y al cabo, nos los terminan dejando las personas a que algo le importamos, lo suficiente como para que tengan piedad de nosotros o como para que nosotros tengamos piedad de ellos. Pero la piedad no es eterna y la confianza apesta, es por eso que el amor no perdura.

-Lo siento, voy por otra copa de vino- Y aunque Joe Cocker dice que el amor a primera vista existe de vez en cuando, y muchas personas son capaces de al menos agredirme verbalmente por lo que digo, no cambio mi forma de pensar. Y no los juzgo, ni siquiera he tenido la oportunidad de llamar a alguien novia –en mi muy personal caso- mientras que miles de personas si lo hacen, y a decir verdad jamás he llorado por una mujer, y con ansias espero hacerlo.

También la gente me habla del amor de una madre a un hijo –y me obligan a entrar en una situación al colocarme como ejemplo- pero mi más concreta respuesta, y a decir verdad la única que tengo, es una pregunta, ¿y qué pasa cuando la madre es drogadicta? ¿Acaso existe el amor de una madre por la droga? ¿Tanto así como para que ella deje de amar a su hijo y comience a amar a la droga? Y es cuando entramos en el ámbito bioquímico, cuando se expresa la dependencia química hacia la droga, y cuando yo expreso la dependencia química hacia otra persona, es allí cuando comienza el silencio tajante, tan espeso que puede ser cortado con uno de mis cuchillos.
Y el tema básicamente llega a concluir –porque se me acaban mis dos reglamentarias páginas de Word- tras el escalofriante silencio reflexivo de las personas, justamente cuando todos comienzan a desvariar y a cambiar de tema, justamente cuando una extraña mosca se detiene en mi pierna y la observo, y pienso, y me doy cuenta que todo lo que he dicho no sirve de nada, porque en ese momento soy partícipe de aquel producto del marketing mundial del 14/2 así como lo fui del 25/12, así como las iglesias van de compra en su “Semana Santa”, y todo porque una mosca se posó en mi humanidad ¿cuánto valen mis ideas si una mosca es capaz de barrer el piso con ellas?

miércoles, 3 de septiembre de 2008

arriba la sopa, abajo Mafalda


Pocas son las veces que nos preguntamos algo verdaderamente significante, algo que defina nuestra vida. En esta oportunidad presento un gran texto de una gran amiga, y lo hago porqeu creo que no hay forma distinta de explicar lo que pienso.


No era nadie, de hecho no era, ni es ni será. Se llenó de otros, su entorno le decía cómo ser, qué comer, qué escuchar, qué opinar, cómo ver, caminar o vestir. Todo era robado de otros, su mente nunca fue libre. Un día sin más, se encontró en un vacío eterno, un silencio tan aturdidor que obligó a despertar aquella alma en pena, y darse cuenta que era hora de ser; y se preguntó cómo ver, comer, oler y caminar sin ser alguien más, fue su gran incógnita. Pasaron horas, o tal vez segundos, en la nada tratando de responderse.

No supo que era mujer hasta que se descubrió, no supo que su piel era blanca, hasta que se quito toda la ropa de marca que le cubría el cuerpo. Se descubrió un lunar en el dedo gordo del pie cuando se quito aquellos zapatos que la obligaban a caminar todo el día por una ciudad que agotaba, que dominaba, que excitaba y deslumbraba, sin dejar tregua al pensamiento vago, a la idea circular en un mundo de cuadros extremos. Nunca supo el color de sus ojos, pues dejó todo atrás, incluso el espejo al que se ataba cada mañana antes de salir, para verse cada vez más lejos de la imagen que tenía como ideal, la de alguna actriz famosa que sufre de desorden alimenticio y viste de ropa de pasarela.

Sin nada más que su mente llena de dudas sobre ella, y el silencio que le daba el calor de una compañía fiel, se dio cuenta poco a poco que ningún argumento en ella era propio, sus gustos, maneras, inclinación política, fantasías, estilo musical e inclusos sus miedos eran tomados de alguien más, como si esta fuese la forma más sagrada de preservarlos en la memoria. Decirse nadie, era lo más sencillo que le había ocurrido, desde que decidió adoptar todo lo que le gustaba de él.

Ella se comenzó a comprender como todos y no como nadie, era una suma de su entorno, que sin más ni menos sólo sabia responder a él. Cuando lograba una idea original, escuchaba del otro lado de la sala a alguien con la misma idea, ella sabia que no era más que parte de la manada. No podía escapar, el pastor o simplemente el pasto, la mantenía atada al conjunto, como ovejas que la acompañaban.

En medio del silencio, con su dedo y una lagrima helada en su rostro, escribió en la tierra bajo sus pies, “No era nadie, de hecho no era ni es, ni será”. Cerró sus ojos, para despertar y ser alguien más.


Andrea Guzmán


Somos el resultado de los demás. Somos la causa de otros. Soy causa y efecto.

lunes, 23 de junio de 2008

una ración de vida, ¡con mucho mojo, por favor!



Es tal vez una de las palabras más usadas por mi. Cualquier persona que no me conozca creería que plagié el concepto de la película Austin Powers, los que me conocen tienen la certeza de que lo hice.

Al expresar mi concepto, en repetidas ocasiones me han preguntado por el significado. Pero el mojo es una de esas cosas de la vida que no tienen explicación, no porque no intente dársela, si no más bien porque no hay palabras acertadas que engloben la idea. Más allá de esto, trataré de hacérselos entender –aunque es como mil veces mejor verme dramatizándolo-

El mojo. El mojo es... el mojo es sensación y efecto, verbo, sustantivo, nombre y predicado. El mojo reside en nosotros –así como dios- y comienza en nuestras mentes; allí es donde se crea. Cuando pensamos, podemos hacerlo de tres formas, la usual, la creativa y la mojística. Hace que nuestras ideas tengan ese especial “noseque” que hace que sean especiales, no solo es ser creativo, si no ir un poco más y darle una trascendencia a la idea; el mojo trasciende.

Esa es la primera fase del mojo, donde alguien lo crea, pero resulta que el mojo posee ciertas cualidades, entre esas es la de ser común en todas las personas.
Cuando se expresa, el mojo en un segundo plano entra a nuestros cuerpos, moviendo todo lo que tengamos por dentro. Primero nos lleva a un estado de melancolía seguido por un letargo casi autista de nuestra mente. En ese momento empieza la fase más hermosa de la expresión, comienzas a sentir que algo en tu pecho comienza a elevarse, a separarse de ti. Un frío intenso te invade y tu respiración se acelera solo un poco, solo para que tu lo notes.

Y por fin sucede, se separa completamente de ti y pasa a formar parte del mojo, donde se mezcla tu esencia y sientes que interiormente bailas una danza sensual contigo mismo, como si te sedujeras a ti mismo, acariciándote y entregándote a esa sensación desconocida.
En mi caso, me siento como aturdido, con una suerte de miedo a entregarme a tanta hermosura. Luego, vuelves a la realidad dándote cuenta de que has pasado minutos u horas completas en ese estado, oyendo el silencio de la tertulia del mojo.

Una vez dijo una amiga: “para mi el mojito es la salsita esa de pollo a la brasa que si eres lo suficiente persuasivo te ponen de más. o sea, el mojito, lo que le da sentido al pollo, lo que hace del pollo pollo, y de la hallaquita milagro culinario de la pobreza. para mi, entonces (porque si, pogo, la vida es relativa) el mojo es lo que le pone el sentido como es” y la verdad es que ella no esta equivocada con su explicación, imagino que tendría hambre y eso se le salió –no se, pregúntenle- pero perfectamente acertó en el hecho de que el mojo es lo que le da sentido a la vaina esta que le decimos vida –ella le dice pollo- lo que hace de la vida vida o del pollo pollo.

No importa qué entendieron de lo que acabo de escribir, pues de nada sirve hasta que sientan el mojo. Siéntanlo y explíquenme qué es, porque aún hoy no lo se.
La foto es de un cuadro que hizo mi hermano... ¡maldita sea, ese carajo goza de un mojo que ni conoce!

sábado, 7 de junio de 2008

¡s.o.s, melómano en peligro!




Basado en hechos de la vida real... Cha cha cha chaaaaannn.....


Pensaba un día, entre otras cosas, el peor panorama que he vivido como persona conciente, eso no incluye la nalgada del nacimiento, cosa que imagino, sumado a los genes de mi mamá (mi papá es incúlico), me dio la forma de un prodigioso par de nalgas que celebro ante hombres, mujeres, niñas y viejas (aparentemente son éstas últimas son las que más las disfrutan). Volviendo al tema les narraba la experiencia más terrorífica que me ha podido suceder como persona conciente -sin nalgadas- y resulta pues que en mi mente cuajé la más terrorífica escena, digna de un film de Hitchcok.

-Solo como medio de entretenimiento se las cuento, pero por favor, melómanos del mundo, cuídense de estas experiencias- Estaba yo llegando a mi trabajo en el primer día, en realidad era la entrevista pero como soy yo, siempre se vuelve primer día. Conocí en aquel momento a Eliana, mi jefa, una de las mujeres delante de las cuales yo me quito el sombrero –si llevo puesto- porque a demás de ser chef ejecutiva, desabollaba a los cocineros, me enseñaba cosas, hacia la comida de personal y a demás le daba tiempo de rayarme la carrocería cada vez que me pasaba por detrás –para los que no saben que es rayar la carrocería, dedúzcanlo de la anécdota de mis nalgas esculturales de arriba-

Continuemos –creo que no ha de importarle lo que escribo, pero que coño, mi blog solo lo leen como 5 personas-. En ese momento conocí a Argel –nombre extraño- Argel es una muy buena persona, pero con un defecto que parece ser más común en los últimos tiempos, un infinito amor casi fanático por la 103.3, tu f.m. Pues bien, en esa porquería de estación, lo mejor que se les pudo ocurrir fue tomar un grupo de canciones –regueton, vallenato y salsa- y repetirlas durante tooooodo el día. Dicho de este modo no parece tan malo, los taxistas y camioneteros lo hacen todos los días, pero éste es el peor infierno que se ha podido desatar para un melómano, ya que para bien o para mal, el melómano gusta de la música.
Ser melómano es una de las cosas más maravillosas de la vida, ya que la música representa una puerta hacia un todo que mis palabras no alcanzan a describir. Pero también puede llegar a ser una pesadilla, ya que si te encuentras es un entorno como el anteriormente descrito, los resultados son catastróficos. El melómano busca la ayuda de la música en todo momento, y si la ayuda disponible es un regueton, para bien o para mal, le va a empezar a tomar el gusto! y es mentira eso de que una persona es capaz de aislarse de ese ruido por mucho tiempo.
Tal fue el daño hecho en mí que en dos días que duró mi aprendizaje con Argel, me aprendí “la pasarela” y una canción de “somos tu y yo” que no recuerdo el nombre, pero puedo cantarla. Algunas noches oscuras, me levanto llorando y sudoroso a la vez que entono con voz ronca y desafinada dichas canciones.

Otro desastre, y esto no solo incluye a los melómanos, es cuando se encuentra uno en un ambiente sin escapatoria a la vez que suena el vallenato y las rancheras. Por favor chicos del mundo, hermanos míos, cuídense de encontrarse en un entorno así mientras les guste una chica, hermana –incesto, ñomiiii- ya que los resultados pueden ser nefastos para la salud mental. Advertencia, se ha determinado que oír vallenato+rancheras en tiempos de amor, desamor, pre-amor o post-amor puede causar psicosis aguda, creando universos paralelos a la realidad y produciendo que tomes decisiones muy equivocadas, como cortarse las venas. (Maná y James Blunt también entran en este rango a pesar de ser estilos de música distinta).

Por favor, espero que sigan estos consejos y sean mejores coños de su madre cada día.

-La otra vez fui a comprar unas películas con Felipe y Francisco a la Guairita (en donde comprábamos “foforitos” cuando éramos pequeños y no le temíamos a nada) y resulta que ví una película de terror que decía: “¡No corras, aprieta ese c...!”-

lunes, 19 de mayo de 2008

respuestas...


Cuantas palabras necesitamos para entender la existencia?

domingo, 18 de mayo de 2008

¿Botones?




Detrás de su delineador negro que ocultaba esa mirada de desconcierto conocimiento ambiguo, mostrando la tez guerrera del que a nada teme, pero reflejando como un tragaluz el alma que por dentro lloraba.

Pronto el tono sonó y retumbó en mis oídos al tiempo en que mi cuerpo se tendía a un lado para contrarrestar la fuerza que me alejaba del pasado. Avanzamos. Bajé la mirada para sacarla de mi mente, alejarla de mi verdad, y comencé a explorar el vagón donde me encontraba. De pronto brincó a mi vista un hombre con una extraña marca en la mano, una mancha con señales de tener forma y tinta negra de saltaba a mi vista desde la parte superior de su mano. Su asquerosa forma de marca de ropa incitaba mis más álgidos indicios antropofóbicos a la vez que, seseante, mi mente comienza a encarnar las situaciones más mórbidas que pude imaginar.

Apreté mi mano con inmensa furia dentro de mi bolso, mientras que al mismo tiempo veía a cada una de las personas que a mi horizonte se remitían. Poco a poco comencé a encarnar situaciones como ver una película de un hombre viendo televisión, y viendo la cara de cada inmundicia humana, sorteé a mi parecer lo que el destino les depararía 3 segundos más tarde.
Rápidamente, y con una expresión de alegre locura insana, saqué mi mano del bolso empuñando un cuchillo plateado, hermoso, pálido, como si buscara el elixir sagrado oscuro que corría dentro de mis victimas y que pretendía extraerlo de la forma en que Aquiles lo hizo con Héctor, o como muchos en la historia nos han enseñado, con pasión.

Con fulgor de mil soles que apasionan mi mente me lancé contra cada cuerpo, inmóviles por el miedo de la locura de un ave maría sonando en mi mente, retumbando en mis pensamientos, inspirándome de la más sublime forma para acallar esos gritos de dolor de las personas por aquella desventura que llaman vida.

En medio de la carnicería que se desataba, me bañaba en sangre de regocijo por la libertad que proporciona, recibiendo gritos, plegarias y misericordias de agradecimiento por haberme aventurado a librar sus almas de la prisión carnal en que se encontraban, embutidas en aromas inmundos, sensaciones mundanas y necesidades estúpidas. A la vez, yo era bañando por la sangre del bautismo sagrado que me consagraba como salvador y soldado de los hombres, pescando almas, perdonándolas y elevándolas al cielo. –dios me encomendó la tarea de hacerlo, porque quiere que se una a él en el cielo, en mi corazón- le dije a una mujer mientras de rodillas piedad rogaba por la vida de su hija que en sus brazos colgaba.

De pronto, un tumbo del vagón me hizo levantar la mirada. Allí estaba, sola, vacilante, errante. Parpadeé. Frenó el tren. Abren las puertas. Las personas salen al encuentro de su destino ignorando la cantidad de veces que fueron asesinadas en mi mente, liberadas de cada sufrimiento.
Ella seguía hablando y cada palabra golpeaba mi alma. Pero no observaba su rostro, aunque lo veía; miraba sus ojos detrás de su mirada, que me miraban desconcertados, como queriendo expresarme mil ideas que puyaban sus pensamientos. –Quisiera ser un botón rojo, circular, perfecto...- me dije a mi mismo mientras al parpadear otra vez volvía en mí.

lunes, 28 de abril de 2008

Caruso... Pavarotti... Daddy Yankee


Al pulso de un botón extraño que parece estar hecho con paja y bahareque se encendió una pantalla. En ella, lo más insólito que haya visto en mi vida. Una clase extraña de escarabajos gigantescos del tamaño de varios caballos y de colores extraños caminaban a increíble velocidad y parecía que llevaban a hombres dentro, pero no estoy seguro, puesto que eran seres extraños con silueta humana. Recuerdo una vez que caminaba de Caracas a Valencia haberme topado con un loco viejo que pedía limosna. Por el cansancio mío y de mi bestia, pare a ayudar y conversar unas horas con el pobre cetrino. El viejo, desdeñado, desdentado y sucio, comenzó a hablarme de muchas cosas que en su vida habían sucedido; tenía un hablar suspicaz, culto y vivaz. Decía que tenía la especial capacidad de predecir el futuro porque había estado allí, y había vivido claramente lo que deparaba.
Contaba que en el futuro todo estaba peor, que la humanidad había subido muy alto para después estrellarse contra el suelo como el águila que muere, siempre volando. –Luego de crear grandes ciudades con cosas jamás imaginadas, empezaron a morir a causa de su propio ocio, como no tenían que caminar, como no tenían que preocuparse por qué comer, fueron creando sus propios males para sustituir los que la naturaleza nos daba; no hay peor mal que el hombre mismo- Me dijo el viejo que se presento como Gauguin.

-¿No tenían que caminar?- me pregunté a mi mismo mientras Gauguin seguía con su relato de espantosa revelación. Me contó que los valores como el pudor, la moral y el respeto eran cosas de tiempos antiguos, que las mujeres no solo mostraban a diestra y siniestra sus tobillos, si no que mostraban más piel que ropas, y que los trajes de gala, visita y cuan ocasión hubiese eran harapos de extraña naturaleza que solo se comparaba con la inestabilidad mental de el sujeto que los portara.

Arrebatado por tan terrorífica confesión me puse de pie y luego de rodillas para rezarle a Dios y pedir perdón por lo que mi sangre haría en algún momento. Con gracia en la voz, oí decir las palabras más espantosas que en mi vida imagine. –Dios ha muerto- Dijo en forma burlona. –Y peor aún, la iglesia es culpable de los males que aquejan a la futura sociedad-. Una expresión de odio y terror invadió mi semblante que trataba ante todos los medios de terminar la oración que al ser magnífico dirigía. No pude si no decir dos palabras más antes de que, con tan solo un par de movimientos, estuviese de nuevo sobre mi bestia cabalgando hacia el oeste y dejando al maldito hereje detrás.

Ya a media hora de camino, y mientras pensaba en la carta que redactaría al Santo Oficio sobre mi encuentro pecaminoso, encontré a otro hombre que viajaba en el mismo sentido. Era un hombre apagado, de comentarios sobrios y reservados que hasta podía hacerse pasar por una persona tímida. Por ser camino peligroso, atestado de mariches, decidimos viajar juntos so pretexto de que nuestro destino era el mismo. El hombre hacíase llamar Zaratustra, y contó que bajaba por primera vez a una ciudad, luego de pasar casi 10 años viviendo en soledad en la montaña, una zona llamada Naiquatá.
Poco más tarde comencé a hablarle sobre mi extraño encuentro con Gauguin media hora antes de cruzarlo. Zaratustra, hombre sabio, comentó que también lo conoció y cruzó palabras con él. Contaba que la apreciación de Ño Gauguin la reconocía como muy acertada. Explicóme que la iglesia católica era la dueña de los valores de la sociedad, ya que todo lo bueno o malo era definido por la iglesia, las costumbres, las normas y hasta las leyes que se hacían cumplir con el Santo Oficio.
Zaratustra siguió su relato explicando que la sociedad poco a poco ha ido emancipándose de la iglesia, creando opiniones drásticas como la de Ño Gauguin, y que mientras más se separe la sociedad de la iglesia, la decadencia de los valores de ella será más rápida y notoria, llevándonos poco a poco a la destrucción. –Y no sentencio a la iglesia, ya que ella solo ha tomado la tarea que por naturaleza a los padres ha de corresponderles- así habló Zaratustra.

De pronto, el cambiar de la imagen que veía sorprendió mi mente, divagando en la pregunta que mi pensamiento distraía -¿A dónde se fueron los escarabajos? Me levanté percatándome de que habíame sentado sobre el extraño aparato, pero la imagen pecaminosa de un hombre danzando extrañamente con siete mujeres distrajo mi mente, haciéndome recordar una deformación morbosa del coito matrimonial.

Recordé claramente lo que Zaratustra me dijo y entendí que la iglesia ya era ausente en el corazón de los hombres, eran personas sin fe, sin moral, sin respeto o valor alguno al cual acudir en momentos de desgracia.

Reconocí mi casa, la que construí con mis propias manos. Reconocí cada habitación y espacio en el que me encontraba, pero cada cosa que veía era distinta y desconocida para mí, casi santa. El largo ardor de la conciencia de una sociedad inservible invadió mi mente, entendí que lo que había hecho estaba terriblemente errado y que mi alma estaba condenada al infierno eterno, al sufrimiento insoportable de una vida pecaminosa.

La única solución que cuajé fue ofrecerle mi vida, alma y cuerpo lo desconocido, donde no existe regla ni pudor, no existe mal ni infelicidad, donde yace el alma de mi dios caído; de seguro él también tomó la misma decisión al ver la desgracia de nuestra sociedad y decidió abandonarnos a nuestra suerte.

Sudando y pensando al lugar a donde iba, salté del banco donde me encontraba trepado, al mismo tiempo en que mis párpados se cerraban en un frío luto. Este es el final de Martín Drachenfels, el que vendió su alma al diablo y encontró la penuria del conocimiento máximo, de la vida en diferentes épocas, donde no hay dios, donde murió, donde morimos.

martes, 22 de abril de 2008

Rcanmun


Boxers, pantalón, franela, medias y zapatos. Tomo mi bolso de rebelde aprensión y lo cuelgo de lado al incansable hombro izquierdo, bajo y subo mis dedos por las teclas, rectificando en mi pantalla las ideas que mis dedos expresan. Word. Arial. Fuente doce. Justificado. Interlineado uno punto cinco. Tomo el teclado y salgo a la calle en un rápido y juicioso caminar, buscando una nueva experiencia, surcando cada detalle de mi panorama, describiendo el más simple hecho, parafraseando en mi mente la situación que vivo, respiro y siento en una suerte de “Scrable mental”, al tiempo que le voy agregando mis experiencias y creencias, mis pensamientos y miedos, mis virtudes y mis no tan virtuosas.

Jamás he creído que los defectos sean “malos” o contraproducentes, al contrario, creo que deberías ser las cosas más celebradas por nosotros ya que son la mejor forma de superarnos a nosotros mismos. -“Pogo, con ganas no se puede hacer nada, pero se puede intentar todo”- me dijo una vez un viejo amigo, y entendí de eso que mientras tengamos un defecto por arreglar, podemos ser mejores, pero luego de eso, después de superado, se nos cierran las posibilidades y no importa cuantas ganas tengamos, es probable que nunca logremos nada. ¡Gracias a la vaca que somos defectuosos por naturaleza!

Camino por el boulevard y al izar la mirada en lo alto, observo la inmundicia en la que me encuentro, peor que cualquier catástrofe, observo con mis ojos de casual escritor frustrado a la más sátrapa de todas las desventuras, el conformismo, del que soy parte y del que sin cesar trato de salir, de separarme, pero logrando solo clavarme más, porque es peor que el barro (si, en Venezuela: barro, en Estados Unidos: arenas movedizas, es por eso que son mejores que nosotros, aunque los dos nos ahoguemos en sedimento rocoso triturado específicamente húmedo).
Para tratar de no ver eso, cruzo la mirada con rapidez letal hacia mi izquierda, y un suceso llamativo llama mi atención, unos policías arrestan a alguien, pero no pude ver bien, ya que no tengo vocación de periodista (estoy seguro que cierta chica si hubiese ido a ver, aunque su salud psico-sexual estuviese en riesgo) pero pensé que de seguro alguien había hecho algo malo.
¿MALO? Quisiera que por favor alguien me dijera, comentara, participara o informara sobre algo que fuese malo, de esta forma se pudiera dar cuenta de una verdad que resalta a mi vista. ¡No existe lo malo o lo bueno! Por ejemplo, es popularmente normal creer que es bueno que un hombre se gane la vida haciendo su trabajo, más aún si es un trabajo en el que se le presta un servicio a la sociedad. Por situarnos en un contexto digamos que un policía, o un párroco, quienes ofrecen sus vidas (y peor aún en algunos casos hasta ofrecen sus placeres para lograr algo) a favor de esta sociedad desgraciada y malagradecida. Pero de que sirve un policía si no hay ladrones a quienes atrapar, de que sirve ser párroco si no hay almas que salvar, de que me sirve cocinar todo el día si no hay hambre que saciar?

Como explicaba antes, al igual que los defectos, las desventuras de la vida no son si no la vívida posibilidad de poder vivir, sin ellas, todo lo que conocemos no tendría sentido, peor aún, por el tema religioso, al no poseer maldad alguna en nuestras almas, seríamos todos dioses, o ya en ese momento no necesitaríamos de él; ¡que terrible sería el mundo sin dios!, ya que no tendría mucho en qué pensar, en qué quejarme, sobre qué escribir.

El bien y el mal son relativos, porque depende de donde lo veas, de repente para unas personas el robo es una desgracia, para otros podría ser una forma de subsistir, o también podrías verlo desde mi punto de vista, donde todo es una oportunidad, donde todas las estatuas tienen cabelleras largas.
Razón tenia cierto pensador que una vez dijo:-“pogo, la vida es relativa, así como su significado”- o el otro pensador que una vez dijo: - “Javier, lo único relativo en la vida en el hombre y la forma en que la interpreta”. Ojala pudiera vivir cada día con ellos.

También una vez dijo otro amigo mío: -“si quieres paz, prepara la guerra”- y razón tiene, ya que la vida es de esa forma, muy sencilla, si quieres paz en la vida prepara la guerra, no porque nos vayamos a vestir camuflados y a cargar metralletas por la calle, si no porque debemos entender que con cada cosa “buena” que queremos, una “mala” viene acompañando, y no porque sea bueno o malo, si no porque la cosa es así.

La religión carece de entendimiento de este tema, por el simple hecho de que todo lo que realizan, todos sus fines, metas, proyectos, acciones y demás están encaminadas al hecho de que existe algo malo hacia donde vamos y algo bueno hacia donde deberíamos ir. Si dios no existe, las religiones están equivocadas, pero si existiese, si solo se tomara esa posibilidad de existencia de ese ser supremo que todo lo controla, todo lo maneja a placer y todo lo puede, entonces no me queda más que decir que él y solo él es el culpable tanto de lo bueno como de lo malo, porque él y solo él crea desventuras y advenimientos.

Me di cuenta de que estaban arrestando a un borracho que se había pasado de agresivo y entonces rápidamente de vuelta volví a colgar mi mirada al boulevard de ladrillos rojos y grises por el que caminaba, agradeciendo mi dolor de cuello, mi bolso extremadamente pesado, mis pies adoloridos, mis fichas de Scrable rotas y mi Pentium II, ¡Santificada sea la vaca por ser defectuosos por naturaleza!

martes, 1 de abril de 2008

a través de la ventana, debajo del cielo.




Estaba yo parado al lado de una de las mesas más repletas de comida que en mi vida haya visto, pero no pensaba en eso. Había millones de tortas, dulces, caramelos, chocolates, helados y cuanto alimento productor de caries existiese, pero yo no estaba pensando en eso!.

Ya daban las once con cuarenta de la noche cuando empezaban las miradas dudosas y comentarios de dobles sentidos entre los bebedores, y no de coca-cola, pero yo me encontraba tan concentrado en mirar el cielo a ver si veía algo parecido a nada jamás imaginado, porque nunca me dieron ni siquiera una descripción de él, solo que venía y se iba.
Recuerdo que mi mejor recuerdo de él era de una luz que en lo lejano apenas se veía, porque al igual que cada año me engañaron, ¡solo que aquella vez casi los atrapaba!

Ya daban las once cuarenta y cinco y lo único que me sacaba del letargo estado en el que me encontraba era el ardor de las yemas de mis dedos que estaban rojinegras por la manipulación y uso indebido de pólvora en diversas presentaciones, pero ¿qué es una raya más para el tigre? Y las Once cuarenta y seis, y estoy que no soporto mis ansias, corro, camino, salto, grito ¡y no me calmo!

Siguen las miradas y los comentarios, pero para distraerme, ¡las mujeres comienzan a jugar juegos inútiles que buscan solo distraerme a mí y a los míos! pero que importa, al fin y al cabo de esa forma pasan más rápido los minutos. ¡¡¡OOOOHHH!!! Ya son las once cincuenta y cinco y las manos comienzan a sudarme como si estuviese en una juguetería, ¿Qué sería de mi si no me hubiesen regalado este reloj digital tres meses atrás?

Por fin oigo la frase más asombrosa de mi vida, pero que a la vez explota la más desagradable sensación de angustia dentro de mi -¡A ver niños váyanse a dormir que ya está llegando! ¡OH mi dios!, mi corazón está paralizado, mis piernitas tiemblan de la emoción; tendré que realizar la tarea más desagradable que se haya podido crear en el universo, ¡hacerme el dormido! Porque seamos sinceros, nadie con corazón puede dormir en un momento así. ¡Yo no le pido a mis padres que se duerman cuando están teniendo sexo!

Pero esa noche algo hubo diferente, mi espíritu rebelde me impulsó a no dormirme y comenzar a investigar en ese momento todas las dudas que he tenido desde chico, ¡a sabiendas de que arriesgaba aquello que había estado esperando durante todo un año!
A duras penas trepé la ventana apoyándome en una caja y una silla al mismo tiempo, y comencé a ver el cielo en busca de una respuesta, de una imagen a mis ideas, en busca de algo que certificara mis creencias y para ser sincero, ¿qué ser humano no busca eso en la vida?

De pronto unas sombras abajo llamaron mi atención, con molestia bajé la cabeza para fijar mi mirada en lo que estaba aconteciendo en el piso inferior. Eran mi padre y mi tío sacando grandes bolsas negras de la camioneta de mi papá, podrían ser escombros, podría ser basura, podrían ser restos de un ser humano asesinado, ¿a quién le importa? Y de esta forma volví a fijar mi mirada al cielo para observar lo poco que los restos de pólvora no tapaban.

De pronto, y acompañado del compás de unas 15 explosiones, se oye la voz de mi abuela, la nona (nunca entendí por que la llamamos así, ya que es española, y peor aún, ¡vasca!), nos llamaba de forma apresurada para que bajáramos a ver lo que nos había dejado. Un sentimiento de rabia se apoderó de mí, ¡me la volvió a hacer otra vez!, pero no me preocupé ya que el año que viene tendría otra oportunidad y de esta forma la alegría incontenible volvió a mí y como corredor de cien metros planos bajé la escalera acompañado de mi hermano y mi primo.

Al llegar abajo, una extraña sensación entró en mí y de pronto frené en seco y observé el nacimiento (nosotros no poníamos árbol porque es lo más trabajoso que hay), a los lados y a modo de decoración estaban tres bolsas negras con nuestros nombres escritos en un papel sobre ellas. Mi hermano y primo atacaron sin piedad a sus bolsas dejando al descubierto un torrente de regalos, y aún viendo ese manjar frente a mí, algo me detuvo por un momento tan solo, un sensación de vacío dentro de mi, que se alejó tan rápido como llegó para darle paso a las ansias acumuladas de todo un año, nadie puede luchar contra eso...

Al día siguiente al despertarme para “matar fiebre” con mis regalos fue que caí en cuenta de lo que había sucedido, ¡El Niño Jesús NO Existe! Y dejando caer mi muñeco de Spiderman me entró un sentimiento sollozo de fraude y decepción que se apoderó de mi alma. De pronto entendí que todo lo que yo vivía como una ley año tras año era una falacia preparada por mis padres año tras año. Y de pronto comencé a pensar en todo aquello que me decían sobre la vida, todo eso que yo creo que es verdad toda mi realidad, mi existencia ¿es mentira todo eso?

Más que nada pensé en aquello que me decían en la iglesia, sobre la vida y la religión, ¿es acaso mentira todo eso también? Recuerdo una vez haber visto un programa sobre San Francisco de Asís, el dijo – “si Jesús no hubiera revivido, falsa sería nuestra fe”- y pensé en algo muy lógico, -Jesús sí murió, porque nunca me ha traído regalos, siempre fue mi papá y mi mamá-

Luego pensé en un sermón que un día dio un padre cuando acompañaba a mi abuela (no la nona) a misa, él dijo que la fe consistía en creer en Cristo sin necesidad que él nos demostrara que era el hijo de Dios; es decir, pedía a los creyentes que creyeran sin necesidad que Jesús hiciera milagros, pues entonces creo yo que San Francisco de Asís es el primer no creyente de todos ya que aseguraba que si Jesús no hubiese realizado el milagro de resucitar, no existiría la religión. Y me volví a sentir engañado, porque durante mucho tiempo me hicieron creer en una comunidad que se basa en la hipocresía de sus estandartes, que mal o bien tienen la razón.

Al final terminé por concluir que la vida es así y entendí que a lo largo de mis años tendré que ser suspicaz y rebelde para poder conocer las verdades que se encierran detrás de los murales que forman las creencias que nos enseña la sociedad, esas “verdades” que solo tratan de hacernos la vida más fácil y menos complicada, ¡Pero no me importa! Ya mi alma fue corrompida y no habrá sorpresa que me decepcione. ¡El Niño Jesús No Existe! ¡Yo Tampoco!

viernes, 28 de marzo de 2008

creatividad.




Sin salida

Se inicia por un laberinto, siempre debes de quedar sin salidas para que la mente evolucione, para que el sentido más extraño a la naturaleza surja, para que en conjunto de la mente, evolucionemos hacia un territorio desconocido e interpretado como inexistente hasta el momento de su formulación. “Todo lo que hemos pensado en algún momento es probable que haya sido pensado ya en el pasado...”

¿Qué?

Un sentimiento de duda y recelo me invade, trato, trato y trato pero nada sale de mi cabeza. Como pájaros sin alas, como barcos sin timón, voy a la deriva del destino ante el laberinto del que mi mente no puede salir. Veo muros y muros y puertas cerradas, pero no observo una salida ni una sola puerta que pueda forzar, todo depende de mí y de nadie más. Pero dime verdaderamente ¿quién soy yo?
No eres nadie, más bien, eres menos que nada, eres tan pequeño que en tu diminutes no te encuentras ni a ti mismo, siempre acudes a mi para salvarte, ayudarte, protegerte.

Tranquilo

Como si me hubiesen quitado cuarenta kilos de encima me siento, como si pesara menos, como si el sudor se hubiese secado de un instante a otro. El ruido y la perturbación disminuyen progresivamente y poco a poco me adentro en un lugar desconocido, un lugar tan pacifico como el más dulce sueño de la más hermosa doncella.
¡Pero estás solo! Y cuando me vaya, más solo quedarás. Ya veremos que clase de persona eres y veremos también como te enfrentas a tu peor enemigo, tu mismo.


Silencio/Nada

Y de pronto solo me quedé. No veo nada, no oigo nada, pero no tengo miedo ya que es aquí donde debo estar, aquí y en ningún otro lugar.
¿Dónde estás?
...
¿Estás?
...
Si, estoy solo.

¿Qué?

Otra vez me encuentro en la misma posición que al principio, pero es distinto, esta vez no poseo ese sentimiento de angustia, ahora veo de frente al laberinto y hablo con él, lo conozco, me familiarizo. Me estoy remitiendo al primer momento pero sigo exento de él.

Lluvia

Y de pronto como un torrencial de agua que cae sobre mi al descampado, comienzan a aparecer las imágenes y los sonidos, las puertas y escaleras, pero hay tantas, hay demasiadas, unas muy lejos, otras muy cerca. Y veo como sobre mí se van mezclando los colores, olores y sonidos creando una paleta se sensaciones que se aboca a mis sentidos y los desplaza de lugares reales a imaginarios, de experiencias a ideas, de claroscuros a arco iris.

Destrucción

Pero no me sirve, tengo todo lo que necesito, pero no me sirve. Mi mente ha trabajado mucho en crear este universo paralelo de fantasía real, pero no me sirve, debo empezar a romperlo todo, no porque me moleste, si no que debo transformarlo en algo que me sirva.
Piensas a futuro, ¿no?
Que importa, solo destruyo en pequeños pedazos que pueda tomar con mis manos, y el sentimiento de gratificación que ofrece la destrucción me envuelve.
Creo que se te esta pasando la mano...
¡Cállate!
“El silencio no engaña a la verdad.”

Reconstrucción

Como que si se me pasó un poco la mano...
Poco a poco voy reagrupando todos los colores, olores, sonidos y demás. Los voy organizando en suertes de montañas en mi cabeza y poco a poco voy volviendo a construirlo, lo que necesito, mi salida.
Deberías agradecer a tu mentor...
Haciéndolo bien, eso hago...

¡Éxito!

Al fin, después de toda esta travesía me siento contento con eso que construí. Llegue a mi salida, vencí al laberinto, controlé a mis adversarios y me controlé a mi mismo. Y como una majestuosa estructura post romana, la salida de yergue sobre mis ojos, irradiando su color perfecto, su sabor justo, su sonido sobrio, pero sobre todo mostrando su singular belleza, belleza como nunca se ha visto en esta vida, la clase de belleza que acaba de nacer.

“Todo lo que hemos pensado en algún momento es probable que haya sido pensado ya en el pasado, pero depende de nosotros hacerlo realidad.”

jueves, 27 de marzo de 2008

mi pequeño pasillo.


Un día me di cuenta de que me encontraba en un pequeño pasillo, solo yo y mi pequeño triciclo rojo. Me siento aterrado porque no se como llegue hasta ese pasillito de piso de baldosas rojas perfectamente pulidas y paredes impecablemente blancas con un montón de cuadros cuidadosamente guindados en ellas; pero a la vez un extraño sentimiento hogareño me invade, me siento como en casa, como si mi mente antes hubiese estado allí, una sensación de deja vu inhóspito que me confunde y a la vez aclara mi mente.

Me encuentro al comienzo del pasillo, ¿o al final?, quisiera saberlo para así poder inferir muchas cosas o por lo menos tener el valor de saber que tras de mí no hay nada más que una pared y de esa forma montarme en mi pequeño triciclo rojo y andar. Lo hago. A medida que pedaleo como si mi vida me fuera en ello clavo la mirada a las intercaladas formas de las baldosas rojas perfectamente pulidas. Pronto levanto la mirada y comienzo a observar los cuadros. Como Darwin al llegar a las Galápagos, quedo anonadado de lo que veo; ¡Yo conozco esto! Me digo a mi mismo mientras cruzo la mirada de pared a pared bailando con mis ojos un bals frenético pero hermoso y exasperante a la vez, con los ojos abiertos cual facción de sorpresa cualquiera.

¡Son mis recuerdos! Lo sé. A ritmo de la sexta de Ludwig Van, mis piernitas aceleran el paso de la rueda delantera que me impulsa a velocidades in imaginadas por el pequeño pasillito. ¡Lo veo todo! Pero...

Pero de pronto dejo de ver mi pasillito y entro en otro lugar, pero es el mismo, pero es distinto. La misma sensación de el comienzo me invade, el suelo es el mismo, las parees son las mismas, sigo en casa, pero no es casa, es un pequeño pasillo que infinitamente se extiende a la nada como un fractal, como si estuviese en la dimensión 2,06, bajo de mi pequeño triciclo rojo para observar y estudiar mejor mi entorno y situación.

Al bajar observo como el pasillo se encuentra en una suerte de papel para croquis. Me siento lápiz, me siento ladrillo y cemento, ¡me siento creador y destructor del universo! Veo a lo alto, inalcanzable a mi diminuta estatura observo millones, no, miles de millones de marcos para cuadros vacíos, reflejando el blancor impecable de la pared.

¿Por qué no conozco? ¿Por qué mi ignorancia? ¡Quiero saber, y quiero saberlo ahora! ¿Por qué mi aspecto de niño imberbe? me pregunto a mi mismo esta vez al ritmo de la novena.

Poco a poco pienso, poco a poco infiero.

¡El conocimiento ha llegado! Me empapa con su divina belleza, me tienta al pecado más mórbido, el de la sabiduría. Mis labios con un dulce risueño de belleza y conocimiento me guían hacia la respuesta, hacia delante.

Pronto la séptima hace su aparición, y el dulzor del mejor de los oportos se remite a mi boca. ¡Que sensación pa’ extraña! Me digo a mi mismo.

Y sin pensarlo, me entrego a mi destino, el destino que construyo, el destino que quiero que sea, cual creador universal entregándose a una mujer, como mi alma se entrega a la tonada que en mis oídos retumba con sonoro acierto.

Como mi alma al mundo, me entrego a mi vida.

Mi pasado y mi futuro, que es lo que no conozco. Mi pequeño triciclo rojo, mi presente. La novena aún retumba en mi cabeza, en mi mente, en mi ser. ¡Y estalla!

¡Mi pequeño pasillo, mi corta vida!

polvo bajo la cama.




Me cuesta creer que alguna vez creí que existían monstruos que convivían conmigo y que me acechaban cada noche cuando me iba a dormir. Me cuesta creer que creí que existía algo llamado “El Coco” y que me iba a llevar a “no se donde” a hacerme “no se qué” a causa de mi mal comportamiento. Y es que una mezcla de inocencia mas dos partes de ignorancia hacían de mí el más crédulo de todos los niños, aceptando como premisa para mi “salvación” la idea de que con mi buen comportamiento eludía las malévolas acciones de ese señor (el coco) que acechaba mi integridad desde el rincón más profundo, oscuro y recóndito de mi habitación; ese desgraciado que se aprovechaba de mi imberbe posición y de mis temores a lo “no conocido” para quitarme el sueño y llevarme a la desesperación por aquellos interminables cinco minutos que tardaba en dormirme. Todos mis amigos se imaginaban al coco como la sombra de un hombre adulto que vivía bajo su cama, pero ellos dormían en una cama normal, en cambio ¡yo era el único niño que dormía en una jodida cama que se encontraba a un metro y medio del suelo! Imagínense mi sorpresa y temor al calcular, imaginariamente, el tamaño del ente que me acechaba de noche, llegue a estipular que podía medir veinte metros y pesar 5 toneladas; mi otra hipótesis era que bajo mi cama vivía toda un familia de monstruos incluyendo a cocos y coquitos, pero de todas formas estaba jodido y me sorprende no haber mojado la cama. En fin, poco a poco fui creciendo y me fui dando cuenta de todas las falacias de mi imberbe vida.





Me cuesta creer que la iglesia católica me recrimine un pecado que no cometí y que probablemente nunca existió. Me cuesta creer que esta iglesia se aproveche del miedo a lo desconocido para mantener atado a sus “fieles” peregrinos y poder masificar la religión. Y es que al igual que cuando las personas me metían sobre “El Coco”, la iglesia le miente a las personas, aprovechándose de su ignorancia, diciéndoles que si no se comportan “bien”, serán sentenciados a una eternidad de dolor y sufrimiento. Creo que el infierno no es nada más que una parte de conciencia, dos de empatía y dolor al gusto (del “diablo”) y ¿qué peor infierno que el que vivimos en la tierra? ¿Qué mejor cielo que éste donde caminamos y disfrutamos día a día? En lo personal creo que la vida es para hacer y no para orar y creo que la muerte es el descanso de esa vida. ¿Qué hay después de la muerte? No lo se, pero estoy seguro de que cuando mi hora llegue, aceptaré lo que venga en paz y felicidad, porque sabré que no desperdicié mi tiempo orando para salvarme de una mentira y una psicosis que me repetía que sufriría a través de los tiempos una diminuta hora a la semana a mi dios. Al igual que con la historia de “El Coco”, me di cuenta de que rezar todo el día no me hace mejor persona, que yo no cometí ningún pecado original y no soy culpable ni responsable de eso y que esa es solo una excusa para atrapar la mayor cantidad de “fieles” lo más rápido posible; me di cuenta del miedo que tratan de hacerme sentir, me di cuenta de que no hay más que polvo bajo la cama.